Pantallas de móviles y niños pequeños: una reflexión necesaria
En la era digital, las pantallas se han convertido en una parte integral de la vida cotidiana. Desde teléfonos inteligentes hasta tabletas y televisores, los niños y niñas están expuestos a una variedad de dispositivos desde muy pequeños.
Esta realidad plantea una serie de cuestiones sobre el impacto que pueden tener estos aparatos, especialmente en los primeros años de vida. Además, ahora, con la reciente prohibición de los teléfonos móviles en las escuelas catalanas, el debate sobre los riesgos de esta tecnología ha adquirido una nueva dimensión.
En este sentido, nos encontramos ante un momento crucial para reflexionar: ¿cómo podemos proteger a las generaciones futuras de los efectos potencialmente perjudiciales de una exposición excesiva y descontrolada a las pantallas?
EL USO PROLONGADO DE LAS PANTALLAS PUEDE INTERFERIR EN EL DESARROLLO COGNITIVO, FÍSICO Y DEL LENGUAJE
Como sabemos, los primeros años de vida son cruciales para el desarrollo cognitivo y del lenguaje. De hecho, ya existen diversos estudios que demuestran que el uso prolongado de las pantallas puede interferir en este proceso.
En concreto, se confirma que aquellos niños y niñas que pasan más de dos horas diarias frente a una pantalla pueden experimentar retrasos en el lenguaje y en las habilidades cognitivas, así como tener más dificultades para reconocer y responder a las emociones. Esto puede afectar negativamente su capacidad para establecer relaciones sociales saludables.
Al mismo tiempo, la exposición prolongada a las pantallas está asociada con riesgos físicos. La obesidad infantil, la fatiga ocular y el aumento de casos de miopía son consecuencias directamente vinculadas a la falta de actividad física que a menudo acompaña al uso excesivo de dispositivos electrónicos.
PROHIBICIÓN DE LOS MÓVILES EN LAS ESCUELAS: ¿NECESIDAD O MEDIDA DRÁSTICA?
En respuesta a estos efectos negativos, muchas escuelas han comenzado a implementar políticas para limitar el uso de dispositivos móviles. Esta medida tiene como objetivo fomentar un entorno educativo más saludable y centrado en el aprendizaje. La prohibición de los móviles en las escuelas no solo busca reducir las distracciones durante las clases, sino también promover la interacción social y el juego activo.
La restricción de los móviles en las escuelas y la preocupación por su uso en niños de 0 a 3 años están estrechamente relacionadas. Por ello, limitar su consumo desde la primera infancia hasta la adolescencia puede ayudar a garantizar que se desarrollen habilidades sociales, emocionales y cognitivas de manera adecuada.
ES NECESARIO ENCONTRAR UN EQUILIBRIO
Es evidente que las pantallas ofrecen muchos beneficios, incluyendo oportunidades educativas y de comunicación. Sin embargo, es crucial establecer límites claros y estrictos que aseguren que la tecnología no sustituya actividades clave como el juego físico, la lectura o las interacciones sociales reales.
En este contexto, padres, madres y equipos educativos deben trabajar conjuntamente para encontrar un punto intermedio adecuado entre el uso de la tecnología y otras actividades que contribuyan al desarrollo integral y saludable.
La prohibición de los móviles en las escuelas marca un punto de inflexión, un primer paso para garantizar que las nuevas generaciones crezcan sanas y preparadas para un futuro cada vez más tecnológico y equilibrado. Sin embargo, debe complementarse con otros esfuerzos para reducir, desde casa, su exposición en los primeros años de vida.
Artículo publicado previamente en el Diari de l’Educació.