La importancia de la educación en los Objetivos de la Agenda 2030
La educación es un factor determinante para lograr los objetivos de la Agenda 2030 y para crear un mundo más justo, inclusivo y sostenible.
El cambio climático, la pérdida de biodiversidad, la pobreza, el hambre, las desigualdades, las enfermedades, los conflictos y la migración son algunos de los problemas que requieren soluciones urgentes y coordinadas.
Para hacer frente a estos retos, la comunidad internacional adoptó en 2015 la Agenda 2030, un plan de acción que contiene 17 objetivos de desarrollo sostenible (ODS) y que reconoce la educación como un objetivo clave para lograr un cambio positivo en todos los ámbitos: desde la erradicación de la pobreza y el hambre, hasta la protección del medio ambiente y la promoción de la paz.
La educación es un derecho fundamental y una herramienta poderosa para transformar el mundo. Sin embargo, millones de personas siguen sin acceso a una enseñanza de calidad, equitativa e inclusiva, lo que limita sus oportunidades de desarrollo personal y social.
Entre los objetivos de desarrollo sostenible, el cuarto se refiere específicamente a la educación y se propone garantizarla de una forma inclusiva, equitativa y de calidad, así como promover oportunidades de aprendizaje durante toda la vida y para todas las personas. Para ello, se plantean una serie de metas que abarcan desde el acceso universal a la formación preescolar, primaria y secundaria, hasta el aumento de la alfabetización, la formación técnica y profesional, la superior y la educación para el desarrollo sostenible.
Para alcanzar el ODS 4, se requiere la participación y la colaboración de todos los actores involucrados en el ámbito educativo, desde los gobiernos, las organizaciones internacionales, la sociedad civil, el sector privado, hasta las comunidades educativas, los docentes, los estudiantes y las familias. Asimismo, se necesita una mayor inversión, tanto a nivel nacional como internacional, así como un seguimiento y una evaluación efectiva de los avances y desafíos planteados.
La educación es esencial para conseguir los objetivos de la Agenda 2030 porque:
- Promueve el desarrollo de las habilidades y los conocimientos que son fundamentales para el aprendizaje a lo largo de la vida, como la atención, la memoria, el razonamiento, la comunicación, la expresión y la comprensión.
- Contribuye al empoderamiento de las personas, especialmente de las mujeres y las niñas, que suelen enfrentarse a mayores barreras y discriminación en el ámbito educativo y que les permite acceder a mejores oportunidades laborales, económicas y sociales, así como participar activamente en la toma de decisiones que afectan a sus vidas y comunidades.
- Favorece el desarrollo de competencias y valores que son fundamentales para el desarrollo sostenible, como el pensamiento crítico, la creatividad, la colaboración, la comunicación, la ciudadanía global y la conciencia ambiental. Estas competencias y valores permiten a las personas comprender y afrontar los desafíos actuales y futuros, como el cambio climático, la desigualdad, la diversidad, la democracia y los derechos humanos.
- Impulsa la innovación y el progreso científico y tecnológico, que son claves para encontrar soluciones a los problemas que amenazan el bienestar de la humanidad y el planeta. A su vez fomenta la curiosidad, la investigación, el espíritu emprendedor y la cooperación entre distintos actores y sectores, lo que se traduce en avances y descubrimientos que benefician a la sociedad en su conjunto.
- Promueve la cultura de la paz y el diálogo intercultural, que son esenciales para prevenir y resolver los conflictos y construir una convivencia pacífica y armoniosa. La educación facilita el conocimiento, el respeto, la valoración de la diversidad cultural, lingüística y religiosa, así como el reconocimiento de la dignidad y los derechos de todas las personas, independientemente de su origen, identidad o condición.
Por todo ello la educación es un factor determinante para lograr los objetivos de la Agenda 2030 y para crear un mundo más justo, inclusivo y sostenible. Por eso, es necesario que sea una prioridad en las políticas públicas y en las agendas de cooperación, que se destinen los recursos necesarios para garantizar su calidad y equidad y que se fortalezcan los sistemas educativos. Solo así se podrá hacer realidad el lema de la Agenda 2030: “No dejar a nadie atrás”.
Artículo publicado antes en la revista digital Corresponsables.
Rosa Garcia Roura. Educadora infantil i membre de l’equip de Comunicació i Innovació Pedagògica de Cavall de Cartró.