Intervención asistida con perros (IAP) en la escuela infantil
La intervención asistida con perros (IAG) es una actividad que utiliza la introducción de un perro como acompañamiento y apoyo.
Tiene un efecto positivo sobre las personas: la interacción con el animal consigue disminuir la ansiedad, modificar la conducta, crear un sentimiento de responsabilidad, aumentar el sentimiento de valía personal y la autoestima, mejorar la comunicación, la empatía y la asertividad y motiva a participar en los ejercicios que se proponen. De esta manera también se consigue mejorar las capacidades cognitivas, intelectuales y psicomotrices de los participantes.
La IAG se lleva a cabo en países alrededor del mundo y se ha comprobado su eficacia mediante diversos estudios publicados en diversos medios de comunicación y revistas del sector. Actualmente se está extendiendo en nuestro país con resultados ampliamente comprobados.
En la escuela infantil el Gall Mullat, delAyuntamiento de Piera, nos visita el Kiru, un perro específicamente entrenado para el trabajo en sesiones terapéuticas.
Las terapias con perros ayudan a mejorar la empatía, la asertividad, la autoestima, la responsabilidad…
¿CÓMO SON LAS SESIONES DE TERAPIA CON PERROS EN LA ESCUELA?
Las sesiones se dividen en tres partes:
1. Saludo
Empezamos con el saludo, un momento en el que nos presentan al perro, cómo se llama, cómo es, cuáles son sus partes y se pregunta a los niños si tienen perro en casa. El saludo se realiza primero en grupo y varía según el nivel, pero sigue siempre la misma rutina.
Después el saludo se hace de forma individual. Damos una golosina a cada niño, que la ofrece al perro, lo saluda y también lo puede acariciar.
Durante el tiempo dedicado al saludo, conseguimos que los niños se sientan cómodos dentro del espacio y el grupo y mejore el vínculo afectivo con el perro.
2. Cuerpo de la terapia
La parte central del tiempo la destinamos a hacer diferentes ejercicios y actividades, según los objetivos. Para el correcto funcionamiento de la terapia hay sesiones que se realizan en el interior, en una sala, y hay otras que se realizan en el exterior, si la climatología y las pautas de la actividad lo permiten y según las necesidades requeridas.
Las sesiones las realizamos con un grupo reducido (unos 9 niños). El tiempo se divide equitativamente entre los niños para realizar los ejercicios. Favorecemos el respeto por los turnos y la observación y también favorecemos el mantenimiento de la atención sostenida durante el tiempo de intervención de los compañeros.
El orden es importante, siendo preferible que empiecen aquellos a quienes les gusta el perro y dejando para después aquellos que puedan sentir un poco de miedo o respeto. De esta manera, les ofrecemos el tiempo necesario para que se acostumbren al animal y tomen confianza, viendo que sus compañeros no sienten miedo, sino al contrario, muestran reacciones positivas.
3. Despido
Los últimos minutos los dedicamos a cepillar al perro, un acto que le hace bajar la tensión arterial y lo tranquiliza. A continuación, procedemos a despedir el perro, con una dinámica similar a la del saludo, estableciendo una rutina que anticipe el final de la sesión.
Acabamos anunciando nuestra marcha y el perro marca el final con alguna acción definida (un ladrido, ponerse sobre las dos patas traseras, levantar la pata…).
Una sesión de terapia con perros consta de 3 partes, haciendo que los niños se acostumbren al animal y se sientan cómodos.
Raquel Morote Manán
Directora Escuela Infantil El Gall Mullat, de Piera
Julio de 2018