Cómo prevenir los golpes de calor en los niños y niñas
Prevenir los golpes de calor es esencial para evitar sobresaltos ante unos veranos con temperaturas inusualmente altas. Compartimos algunos consejos dirigidos a familias con niños y niñas de corta edad.
Cada vez son más habituales las olas de calor, que a su vez son más intensas y frecuentes. Esta realidad aumenta el riesgo de sufrir una insolación o un golpe de calor. Esto es aún más notable entre los menores de cinco años, ya que son uno de los grupos más sensibles a los cambios de temperatura y, por lo tanto, más propensos a sufrir un golpe de calor.
En este contexto, resulta clave conocer los síntomas que pueden experimentar los más pequeños para tomar las medidas preventivas necesarias y, en todos los casos posibles, evitar un golpe de calor.
Vivir uno de estos trastornos, ocasionados por el exceso de calor en el cuerpo, conlleva una deshidratación grave y una pérdida excesiva de líquido debido a las altas temperaturas. Cuando esto ocurre, el organismo tiene dificultades para autorregular su temperatura.
Ante la gravedad de esta situación, es importante identificar cuáles son los indicadores de alerta para poder reaccionar a tiempo.
Así pues, en una fase inicial, aparecen el dolor de cabeza, los mareos, las náuseas e incluso los vómitos.
Posteriormente, ya en una segunda etapa, se desarrollan nuevos síntomas como calambres, aumento de la temperatura corporal -que puede llegar hasta 40 grados en unos 10-15 minutos-, convulsiones, alteración de la conciencia y desorientación.
Mantener una buena hidratación, llevar ropa adecuada, caminar a la sombra, tener una buena alimentación y evitar los espacios exteriores durante las horas de mayor calor, son siempre la mejor opción para contrarrestar las altas temperaturas.
No obstante, desde Cavall de Cartró – entidad centrada en acompañar en su desarrollo educativo, emocional y social a niños, niñas y adolescentes – compartimos algunas recomendaciones adicionales que pueden ser realmente útiles en la prevención de un golpe de calor.
PREVENIR LOS GOLPES DE CALOR EN CASA:
- Durante el día, bajar las persianas de las ventanas donde da el sol.
- Por la noche, abrir las ventanas de casa para refrescarla.
- Utilizar las habitaciones más frescas de la casa.
- Si es posible, recurrir a algún tipo de climatización como ventiladores o aire acondicionado.
- Si no es posible refrescarnos en casa, ir a lugares climatizados como centros comerciales o bibliotecas.
- Refrescarnos con duchas o toallas mojadas con agua.
PREVENIR LOS GOLPES DE CALOR EN LA CALLE:
- Evitar directamente el sol desde las 12 hasta las 16 horas.
- Llevar una gorra o un sombrero.
- Utilizar ropa ligera (algodón), de colores claros y que no sea ajustada.
- Caminar por la sombra, estar bajo una sombrilla en la playa y descansar en lugares frescos de la calle o ir a espacios cerrados que estén climatizados.
- Cuando salimos a la calle llevar siempre agua y beberla frecuentemente aunque no se tenga sed.
- Evitar salir en las horas de más calor y evitar las actividades físicas intensas.
- Evitar viajar en coche durante las horas de más calor y llevar siempre líquidos para mantener una buena hidratación.
- No dejar nunca a los niños/as ni a las personas especialmente vulnerables en el interior de un vehículo con las ventanas cerradas.
ALIMENTACIÓN DE VERANO PARA PREVENIR LOS GOLPES DE CALOR:
- Beber agua fresca de manera habitual aunque no se tenga sed.
- Hacer comidas ligeras, evitar las comidas muy calientes y las que aporten muchas calorías.
- Tomar alimentos ricos en agua (frutas, verduras y hortalizas).
- Beber jugos de fruta naturales.
QUÉ HACER EN CASO DE SOSPECHAR DE UN GOLPE DE CALOR:
- Avisar urgentemente a los servicios médicos o al 112.
- Trasladar al niño o niña a un lugar más fresco.
- Darle agua, mojarlo y ventilarlo hasta que lleguen los profesionales de la salud.
Seguir estas pautas nos ayudará a prevenir, detectar y tratar a tiempo los golpes de calor habituales en este período del año.