Cómo manejar la ansiedad por separación de los niños al empezar la escuela infantil
La ansiedad por separación puede ser habitual durante el período de adaptación en la escuela infantil.
El proceso de familiarización en las escuelas infantiles es un momento crucial tanto para los niños y niñas, como para las familias. Es el proceso que permite que se sientan seguros y cómodos en un nuevo espacio, con nuevos/as compañeros/as y adultos. Es un momento de transición que requiere paciencia y apoyo por parte de todas las personas implicadas.
Con la implementación del nuevo currículum educativo, explica la delegada de Cavall de Cartró, Laura Collado, «el proceso de familiarización ha adquirido una importancia todavía más grande, puesto que se reconoce su influencia en el desarrollo emocional y social de los menores».
Así, Collado asegura que este «pone especial énfasis en la seguridad emocional y como una familiarización bien gestionada ayuda a crear un entorno seguro y acogedor donde los niños se sientan protegidos y valorados.
Del mismo modo, el nuevo currículum reconoce la importancia de la colaboración entre la escuela y la familia y la necesidad de fomentar una comunicación abierta y constante a lo largo de todo el curso».
LA IMPORTANCIA DEL PERIODO DE ADAPTACIÓN
Con el llamado «periodo de adaptación» se busca ayudar al niño/a para que los primeros días de asistencia al centro educativo sean los menos duros posibles tanto para ellos como para sus familias. Pero hay otras personas que opinan que es mejor realizar la vuelta en el horario completo. ¿Qué opina usted?
El período de adaptación en la escuela infantil es fundamental por varias razones: un inicio gradual les ayuda a disminuir la ansiedad y el estrés que estos pueden sentir al separarse, en muchas ocasiones por primera vez, de sus adultos de referencia y al mismo tiempo entrar en un entorno desconocido para ellos.
Un inicio paulatino les permite conocer poco a poco el nuevo espacio, los nuevos compañeros y compañeras y a al personal educativo. Esto facilita una transición más suave que permite que los niños y niñas se sientan seguros, lo cual es esencial para su bienestar emocional.
¿Es posible lograr que los menores no lloren en el momento de la separación, o esos primeros días?
Es natural que los niños de 0 a 3 años lloren durante el momento de la separación. Sin embargo, hay estrategias que pueden ayudar a minimizar el llanto y hacer que la transición sea más suave:
- Respetar el horario de adaptación, sin forzarlo y no permanecer más tiempo del que necesita o está preparado.
- Aceptar y validar sus emociones, sin minimizarlas ni negarlas, además de ayudarle a expresarlas y gestionarlas de forma adecuada.
- Motivar y animar al niño, reconociendo sus logros y avances.
- Celebrar los pequeños logros y reforzar su autoestima.
- Anticiparle lo que va a ocurrir cada día, utilizando un lenguaje sencillo y positivo.
- Despedirse siempre, explicándole que se volverá pronto y transmitiéndole confianza y cariño, y nunca debe desaparecer mientras el niño está distraído. Si esto sucede, le creará una sensación de inseguridad.
- Por último, mostrar confianza y calma. Los niños y niñas pueden percibir la ansiedad de los adultos.
ATENDER A LAS EMOCIONES DURANTE LAS PRIMERAS SEMANAS
Cada niño/a exterioriza y expresa las emociones de estos días de diversas formas, ¿cuáles serían las actitudes a las que hay que estar alerta?
El proceso de adaptación es vivido por cada niño y niña de manera particular y única necesitando su propio tiempo para transitar en este proceso. Al tratarse de edades en las que el lenguaje oral todavía no se ha alcanzado plenamente, pueden procesar y expresar todas estas nuevas experiencias a través de cambios en su conducta o en sus hábitos. Es importante estar atento a ciertos síntomas:
- Cambios en el comportamiento y/ o llanto persistente volviéndose más callado o callada, triste, o mostrando una mayor irritabilidad y rabietas frecuentes.
- Retrocesos en el desarrollo pudiendo haber regresiones como pedir el chupete o el biberón si ya lo habían dejado, o chuparse el pulgar.
- Problemas de sueño mostrando dificultades para dormir, despertares frecuentes durante la noche o necesitar la presencia constante de los adultos para conciliar el sueño.
- Negativa a asistir a la escuela, negándose a entrar.
- Cambios en el apetito.
Pero el paso del tiempo y el acompañamiento de las familias y del equipo educativo desde la calma, la serenidad y la confianza, poniendo palabras a los sentimientos y respetando el tiempo único de cada uno, dan lugar a la regularización de estas manifestaciones.
¿Cómo se maneja la ansiedad por la separación que aparece en algunos casos?
Los primeros días en la escuela infantil a menudo resultan intensos debido a la cantidad de emociones y sentimientos que se generan, no sólo por parte los de los niños y niñas, sino también por parte de los adultos.
Estos últimos pueden vivir este momento con cierta inquietud e incertidumbre y surgir sentimientos de culpabilidad, «¿lo estaré abandonando?», sentimientos de desconfianza «¿estará bien cuidado?» o bien sentimientos de tristeza «¿me perderé sus avances?», «me cuesta separarme de él».
Para manejar positivamente todas estas emociones es fundamental construir una relación de confianza. Para conseguirlo es imprescindible la creación de vínculos y la existencia de sinergias familia-escuela.
Esta bidireccionalidad comienza mucho antes de la entrada en la escuela, con las jornadas de puertas abiertas, la matriculación y posteriormente con el encuentro con quienes serán los adultos de referencia.
Es justamente en estas reuniones en las que empiezan a tejerse los primeros vínculos y la base de lo que debe acabar siendo una relación de respeto, confianza y comunicación donde compartir las emociones, dudas y angustias.